Abogada Woo me ha hecho sumergirme de lleno en el audiovisual coreano por primera vez en mi vida. Un baño con vuelta a unos planos más tranquilos, una actuación más exagerada que en occidente, una banda sonora que te guía sutilmente en los cambios que te vas a encontrar...

 

Al margen de esta experiencia y de sus avisos de contenido tanto de suicidio como de autolesión y drogas, ha sido una experiencia muy enriquecedora. Evidentemente con sus ratos de angustia pero también momentos muy tiernos y buen sabor de boca en general. 

 

Woo young woo es la primera abogada autista de Korea, con cum laude y casi la primera de su clase en todo, a pesar de ello no le es fácil entrar a un bufete de abogacía a trabajar, pero cuando al final lo consigue, no para de destacar en los casos que se le asignan. 

 

En su equipo de trabajo tiene un senior que aunque al principio es algo reticente a tener una persona discapacitada en su equipo, acaba siendo un gran mentor, también a una ex compañera de universidad que la apoya y ayuda a reivindicar sus derechos y a otro junior que va y viene en su actitud hacia ella. Completa el equipo un asesor que se enamora de la encantadora abogada. Fuera del bufete, aparecen también el padre y unos amigos de la misma. 

 

Además de ser una típica serie del género de abogacía con sus casos a resolver y sus puntos de romanticismo toca muchos de los temas que rodean a una persona autista adulta, desde la voluntad de no depender de la familia, hasta el amor y el sexo con una persona discapacitada, la discriminación positiva, el sentido de justicia y la moral, los intereses especiales… Pero también toca con la excusa de los casos en los que trabaja temas en torno a la gentrificación, el racismo hacia la vecina del Norte, el ecologismo o el feminismo en la sociedad de Corea del Sur. 

 

Así que si les apetece reflexionar un poco mientras se zambullen en audiovisual asiático, no se pierdan a la abogada Woo en Netflix. 

 


 

Hace poco hicieron en un programa de un valenciano de cuyo nombre no me quiero acordar un especial sobre altas capacidades y superdotación. Sobra que les diga que en general ese programa me parece una machistada detrás de otra y que blanquee el fascismo pues en fin... Deseos de que desaparezca a parte, creo que es importante que vayamos quitándonos de la cabeza la idea de persona superdotada que toca instrumentos, juega al ajedrez y saca todo sobresalientes en sus estudios. 

Los datos dicen que hay muchísima gente sin diagnóstico y, que muchas personas con diagnóstico tardío lo han pasado muy mal en sus años de estudiante. Se les califica de vagas porque es muy probable que unas asignaturas se les den de maravilla y otras horrible, quizá son pros de las matemáticas pero no les pidas una redacción. 

O incluso al revés, que destaca muchísimo menos cuando alguien es un hacha en idiomas o sociales y se le dan mal las mates. Las altas capacidades pueden ir en muchos sentidos

Estas personas se suelen sentir muy solas tanto en su proceso académico como fuera porque como la mayoría de gente no les entiende suelen pensar que son, aunque parezca increíble, estúpidas. 

Así que, una vez más les pido, como con tantos otros temas, que no nos fiemos de las apariencias de ni de los estereotipos, mucho menos nos riamos porque sí de colectivos minoritarios que suficientes problemas tenemos en general sin que aparezca la burla delante. 

Si quieren saber más sobre el tema pueden leer en Twitter a activistas como Regina Cortés o Superdelmonton y sino, empatía y respeto es lo mínimo. 

 

NOTA: no soy psicóloga ni investigadora experta del tema, solo intento aportar un punto de vista que no suele ser mayoritario en la sociedad.  

 


Photo by Hal Gatewood on Unsplash 

Buenas de nuevo, las navidades me trajeron COVID y aún estoy a medio gas casi un mes después así que cuídense lo máximo posible y sigan pidiendo sanidad pública y medidas políticas contra esta pandemia. 

 

Voy a intentar asomarme a La línea del cielo con cierta frecuencia de nuevo. Hoy con The Matrix resurrections


Cuando vi que hacían una secuela de Matrix mis sensaciones iban en dos sentidos contrapuestos. En uno la Belén adolescente que se compró todos los DVDs de la trilogía original y las bandas sonoras y empapeló su habitación con pósters saltaba de alegría. 

 

En otro la Belén adulta no quería ilusionarse porque el cine últimamente no me está llamando demasiado. 

 

Al final ganó la adolescencia y al cine que me fui. Y disfruté como una enana. Es una danza preciosa entre la nostalgia y lo nuevo

 

Me sentí muy identificada con Lana Wachowski, que me perdone porque a mí no me financia películas la Warner pero me vi como ella, enfrentándose a un reto como es revisitar algo que has hecho y me la imaginé dudosa y luego abrazando esa secuela con todas las de la ley en plan "queréis una secuela, pues aquí va" sin miedos, sin segundos pensamientos, vamos a por ello con todas las consecuencias. 

 

Como persona que mil veces se enfrenta a esta colaboración y muchísimas siente que lo suyo no es suficiente, que no interesa, verla abrazar lo antiguo me dio ánimos para volver yo por aquí, si ella puede y cree en sí misma, sabiendo la que le va a caer el redes sociales, yo también puedo volver a mi espacio de La mirada necesaria. 

 

El argumento, como muches le critican, no es tan claro ni tradicional como en la mayoría de películas, pero, aún así, el espectáculo y el ingenio hacen que me den ganas de decir a todo el mundo que vaya a verla. Asómense a Matrix y vuelvan a hacerse preguntas.  




Me da igual cuántos años cumpla que yo sigo escribiendo mi carta cada año a los reyes magos. Este año he pensado escribir una muy especial y compartirla por aquí.

Es especial porque no pediré un smartwatch ni ropa ni un perfume. Voy a pedir actitud para que el máximo número de personas pasen estos días navideños lo mejor posible. 

Empezaré por pedir que aceptemos a quién quiere pasarlas sole, sin agobios familiares. También pediré que recordemos que hay quién vuelve al armario para no escandalizar a según quién, pongamoselo fácil

Si vemos a alguien muy callade, pensemos que hay quién se guarda las opiniones para no pasar la noche discutiendo, respetemos su silencio.

Otro de mis deseos es que evitemos comentarios sobre el aspecto físico de nadie, créeme que si he engordado me he visto en el espejo, no hace falta que me lo digas con sorna. Y si he adelgazado, quizá sea porque esté enferma, tampoco es motivo de felicitación. 

Me gustaría pedir que no obliguemos a comer a nadie lo que no le apetece, ni por tipo de comida, ni por cantidad. 

Otra cosa que me gustaría que pasara es que respetemos la forma de vestir de cada cual, no todes queremos brilli brilli y tacones y si alguien nos sorprende con su atuendo porque no nos parece normativo, sácate ese espíritu navideño que tanto venden de cariño y amor y déjale estar. 

No restreguemos nuestros supuestos éxitos del año al resto, ha sido un año muy duro para muchísima gente. Y, puestos a pedir, no pensemos que los éxitos están solo unidos a tener un ascenso en el trabajo o haber comprado una casa o un coche. A veces un éxito es aprender a descansar, descubrir un hobbie nuevo o delegar una tarea. Pregunta y descubre qué le ha traído a la gente este año de nuevo y no, no todo el mundo ha tenido dinero para esas vacaciones de ensueño en verano. Y tampoco te asustes si no les apetece hablar demasiado. 

Tampoco estaría de más que olvidáramos estas polémicas que tanto le gustan a los medios de comunicación tradicionales de si este Belén de no se cuál político no es tan tradicional como eran antes o si los colegios son o no centros de vacunación. Todas mis vacunas en edad escolar me las pusieron en el colegio y salí de allí hace casi 20 años, no es nada nuevo. Así en general pediría que intentemos evitar las polémicas, pelear y discutir nunca es divertido para mucha gente. 

Ah, y casi me olvido de que aún muchas casas en las que el cocinar, fregar y recoger recae en las mismas personas, repartamos el trabajo por favor, desde la planificación del menú hasta la compra, cocinar, poner mesa, etc. Es mucha faena. 

Sé que quizá parecen muchos deseos los que pido, pero al final todo se podría resumir en saquen a relucir el cariño y respeto en estos días y póngaselo lo más fácil posible al resto. Que tengan ustedes felices fiestas.

 


Photo by Valentin Petkov on Unsplash 

En una sociedad donde estamos saturades de información Erika Irusta nos habla en su último curso de Soy1Soy4 de la importancia de saber de dónde vienen los discursos a los que asistimos. Porque es a partir de los discursos que nos leemos e interpretamos a nosotres mismes. Y no tiene nada que ver un discurso en papel, escrito por un hombre blanco con dinero que un discurso oral, en el que se puede intervenir para invitar a la reflexión. 

También habla de quién se atreve a escribir discursos, porque hay muchas veces que pensamos que nuestra visión del mundo no es relevante, que no merece la pena ser contada o convertirse en discurso. 

Y con todo esto yo me acordé de esos diarios con candado que nos regalaron a muchas niñas y que personalmente me salvaron la infancia al poder reflejar ahí cómo me sentía. 

Y también me acordé con pena de por qué esto se considera una cosa de niñas, de la infancia, como algo sin importancia y despreciable, como una fase más de una ñoñería que tiene que llegar inevitablemente a su fin. 

Ahora que vuelvo a tener un diario más de 20 años después quiero reivindicar la importancia de estos diarios, de escribir nuestras historias porque son importantes, claro que sí, y además nos ayudan a gestionar estos tiempos pandémicos líquidos en los que las certezas se nos escapan a golpe de titular. 

Escribir, redescubriros, sentaros con vosotres mismes frente al papel (o la pantalla), os lo recomiendo, encarecidamente.

 


 

Octubre es un vibrar de iniciativas en redes sociales, a parte de los mintober y similares también vuelve el #leoautoras así que aprovecho para hablaros de una de las últimas autoras que he descubierto.


Una amiga me recomendó a Felicidad Martínez y me encantó su novela Hija de las sombras. Tiene muchos de los elementos que me atraen como la baja nobleza del París de 1785, los vampiros y una joven replanteándose quién es al margen de lo que quiere su familia. Pero no solo esto, también una intriga que te va absorbiendo a lo largo de las páginas y te deja con ganas de más. 
 
Sophie se pierde un día por las calles de París sin quererlo se topa con un monstruo ciego de sangre que decide convertirla en su juguete. A partir de este acontecimiento iremos conociendo más tanto de la protagonista, como del monstruo y el resto de personajes de la novela.
 
La mezcla incluye elementos de los vampiros clásicos, el autodescubrimiento, la vida victoriana y las injusticias a las que nos enfrentamos muchas mujeres. 
 
Si les apetece fantasía con un toque reivindicativo no se pierdan Hija de las sombras.  
 

 
 

Con la llegada del otoño llega mi ya tradicional constipado con el que, entre pañuelo y pañuelo, intento ordenar mis ideas y grabar para el programa…


El pasado día 23 fue el día de la visibilidad bisexual, y, como dentro de cualquier movimiento, también dentro del LGTBQA+ hay quien es más visible y menos, y las personas bisexuales suelen estar a la cola. 

 

Muchas personas tienden a pensar que ser bisexual es una fase o que por tener pareja estable de un sexo ya se deja de ser bisexual, nada más lejos de la realidad, dejen a cada cual ser quién es sin juzgar.

 

La representatividad en series comerciales de la bisexualidad contribuye a estos falsos estereotipos, como ocurre con la serie de la BBC Trigonometry de reciente estreno.  

 

Una vez más hay que agradecer el intento de representatividad de un trío poliamoroso que no es frecuente pero para mi gusto se queda a medias. 

 

Los personajes están muy bien definidos, son profundos, con inquietudes, una mujer negra bisexual chef, un hombre también negro que es paramédico con síndrome de estrés postraumático y otra mujer bisexual que es ex atleta olímpica. Todos son personajes con muchas aristas que se enfrentan a los retos propios de los milenials en la treintena. 

 

Pero a pesar de un buen arranque después la trama acaba cayendo en estos tópicos de que la pareja original es una y la otra mujer viene como “de añadido” la mayoría del tiempo. 

 

Aun así reitero, como en tantas otras ocasiones, que me alegro que según qué temas lleguen al mainstream; solo espero que estas series nos sirvan para ser más tolerantes cada día con las orientaciones sexuales y que seamos conscientes que hay quien lo tiene más difícil por enamorarse de una persona u otra.



Hacía mucho tiempo que no disfrutaba tanto una serie en tantos aspectos, así que vengo a hablarles de Little fires everywhere.

Frente a dos madres protagonistas se vehicula toda una historia llena de personajes poliédricos que se enfrentan a retos variopintos muy relacionados con la maternidad y sus formas, las apariencias y el querer ser une misme cuando alrededor no te dejan. 
 
En principio se contrasta la historia de Elena, una mujer blanca adinerada con cuatro retoños en edad adolescente que vive en una rimbombante casa en un barrio residencial de Estados Unidos y Mia, una mujer negra, artista, que con su hija van de ciudad en ciudad sobreviviendo. 
 
Junto a dos amigas y a todo el grupo adolescente invitan a reflexionar sobre madres biológicas y adoptivas, la vida sacrificada que eligen muchas madres por sus criaturas, las renuncias que hacen muchas mujeres por los cuidados, el aborto y las orientaciones sexuales no hegemónicas
 
Además la forma de contarlo es de estas que te dice cómo va a acabar todo y luego te va dando pistas para mantener la intriga de quién crees que va a causar ese final. 
 
Si les apetece feminismo y un buen guion, no se pierdan Little fires everywhere. 
 

 

 Desde luego que cuando Marcos y yo hablamos de empezar a hablar de música y crítica cultural allá por el año 2012 nunca imaginé que nueve temporadas después seguiríamos aquí. 

 

Ocho años de disfrutar de la cultura, aprender, ampliar equipo, pero sobre todo ocho años de ampliar visiones del mundo

 

Sean bienvenides a la novena temporada de La mirada necesaria en la que por mucha catástrofe climática y turbocapitalismo alrededor, intentamos mantener la fe, porque hay luces que nunca se extinguen.*

 

Y para empezar el nuevo año traemos una iniciativa la mar de chula. Desde que conocí los grupos de cuidados me he convertido en una absoluta fan, en una sociedad capitalista donde se culpa al individuo de todo, encontrar espacios donde más personas te apoyan, animan o incluso mentorizan es un bálsamo. Así que esta semana vengo a contaros sobre la comunidad de La Madriguera, el refugio queer en Discord. 

 

Para quien no conozca Discord, es una aplicación que favorece la creación de grupos de intereses propios, en principio relacionados con el mundo del videojuego. 

 

Desde La madriguera son conscientes de esta masculinidad tóxica que rodea al mundo videojueguil y lo difícil que es encontrar espacios seguros LGTBQA+ así que por ello se decidieron a crear esta maravillosa comunidad en Discord en junio de este año. 

 

A estas alturas ya somos más de 80 personas las que pululamos por allí dentro entre mensajes de apoyo y ánimo. Hay desde estudiantes, personas que preparan juegos por hobbie hasta profesionales que trabajan en grandes empresas. 

 

Además de tener este espacio seguro en el que encontrar gente con la que hablar o jugar; el objetivo de La Madriguera es ayudar a reducir esa brecha de acceso a puestos de empleo en el sector, incluso con mentores. 

 

Además de gatitos, memes, hay retos y mucho cariño por allí dentro. Ojalá viviéramos en una sociedad más acogedor para todo el mundo, pero mientras, que sigan los grupos de apoyo como La madriguera hasta el infinito

 

Imagen del Twitter oficial de La madriguera @Madriguera_lgbt

*Para quien acabe de aterrizar en este blog, recuerdo que La mirada necesaria es mi aportación semanal al podcast de música independiente y crítica cultural La línea del cielo (http://www.lalineadelcielo.com/) que iré actualizando por aquí en formato texto conforme pueda. 

 

 

 

 

 

 


Con el verano, suben las temperaturas y parece que lo único que pide el cuerpo es bajar a esa piscina y esa playa desierta como si la tuviera disponible en algún sitio a parte de en mis sueños. 

Esto me ha hecho pensar en un fenómeno que veo mucho a mi alrededor, y aunque esta reflexión quizá le pega más a nuestra estupenda psicóloga de las tormentas (en La línea del cielo, colaboradora habitual), os la traigo igualmente.

Ante este panorama en el que baja la productividad para muches un demonio nos susurra al oído, nos dice que somos vagas, poco productivas, unas perezosas y que, en general, no valemos nada. 

¿Os suena la cantinela? Pues esta gente experta que sabe tanto ha nombrado esto como el síndrome de la impostora. Es una eterna sensación de no ser suficiente, de que por mucho que hagas nunca eres una persona exitosa o de valía. 

Por desgracia a mi alrededor veo muchísima gente así, muy especialmente mujeres, súper valiosas, maravillosas, sobresalientes que en cuanto algo no va como esperaban se culpan fuertemente.

Vivimos en una sociedad capitalista que relaciona la economía, el tener una casa, un coche y una familia tradicional como la medida del éxito y al mismo tiempo vivimos unas circunstancias que no nos permiten conseguir ni un trabajo remunerado estable. 

Básicamente hoy solo quería deciros esto, que seáis conscientes de que existe este síndrome porque aún es poco conocido para el impacto que tiene, y que os quitéis esta rentabilidad capitalista de la cabeza, porque el éxito un día puede ser simplemente darse una ducha o salir a dar un paseo. 

¡Valéis mucho! Disfrutar del verano y nos encontramos a la vuelta.

* La línea del cielo descansa hasta septiembre así que probablemente este blog también tenga menos entradas en verano. 


 Photo by Bùi Thanh Tâm on Unsplash

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Si antes de pandemia a veces nos costaba un poco estar al día, ahora a mí me cuesta todavía más, aún me parece que marzo fue ayer y casi me había olvidado que es el Mes del Orgullo en el que siempre me gusta traer una reflexión especial LGTBQI+

En esta ocasión me gustaría hablar de Mother of Queer! artista que me descubrieron en Instagram y cuya labor me encanta y enseña un montón a la vez. 

Con unas imágenes siempre la mar de interesantes y divertidas la mayoría de las veces nos invita a reflexionar sobre la discriminación de lo que mucha gente tilda de “diferente” y especialmente sobre el transfeminismo

Hace unos meses con el proyecto “Cero discriminación” ilustró y dio voz a muchas personas para las que, tal y como Mother of Queer! dice “existir es una revolución constante” porque continuamente se les cuestiona su identidad o sus experiencias. 

Otra campaña que me enseñó un montón fue la del VIH porque aunque parezca mentira, tal y como demostró cierta supuesta periodista en la televisión hace poco, queda muchísimo estigma y desconocimiento todavía. 

Pero no solo se queda ahí, también nos invita a quitarnos complejos de cuerpos esbeltos y sin marcas, alejarnos del amor romántico, huir de activismos excluyentes y a querernos mucho seamos como seamos.

Para este Mes del Orgullo organizó un concurso de pancartas y ha sacado unos filtros de Instagram preciosos. Cuando llegué a esta red social pensando que todo era postureo, Mother of Queer! fue de las personas que me enseñó que se puede hacer activismo bonito. 

Así que si queréis seguir en vuestro proceso de deconstrucción y aprendizaje, os recomiendo encarecidamente seguir a Mother of Queer! Y aunque yo conozco más su labor en Instagram (@motherofqueer), también tiene Twitter (@motherofqueer) y un blog, así que no hay excusa.



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Todavía hay mucha gente que piensa que los videojuegos son sólo para matar marcianitos pero hoy os traigo una iniciativa que demuestra que son una herramienta más con la que se pueden hacer muchas cosas, como ayudar a combatir enfermedades.

Para el diagnóstico de muchas enfermedades hace falta una muestra y una persona que puede tardar hasta 20 minutos en descubrir qué dolencia hay tras un microscopio. Es un procedimiento que apenas ha evolucionado con el paso de los años, es por ello que desde Spotlab han propuesto una forma diferente de reconocer muestras: jugando. 

Por medio de juegos en los que se fomenta la atención y la memoria, sencillos pero con gancho podemos ayudar a identificar si la imagen que tenemos delante tiene malaria, helmintos, hemoglobinopatías o cáncer. 

Con la información que se recoge de las personas que juegan, se está educando una inteligencia artificial que se encarga de reunir la información para hacerla fiable de cara a diagnósticos reales. 

Una vez educada la inteligencia artificial, cuando llegue una muestra al laboratorio, puede ayudar a quien analiza a tener un previo de qué tipo de patología puede haber ahí, facilitando mucho la tarea de diagnóstico. 

Por si fuera poco para jugar podemos elegir personajes de casi todo tipo, con tonos de piel de más oscuro a más claro, edades desde la infancia hasta la tercera edad, diversidad funcional, símbolos religiosos, la pluralidad campa a sus anchas... 

SpotWarriors está disponible de forma gratuita tanto para Android, IOs y para ordenador así que cualquiera puede contribuir a la buena causa

No solo España sino gente de Kenia, Bolivia, Brasil, Malasia o Mozambique ya se han puesto las pilas. ¿os apetece contribuir a la ciencia jugando? No os perdáis Spotwarrior.






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Hace un par de semanas se celebró el día de la higiene menstrual, además Nueva Zelanda ha anunciado que dará productos menstruales gratuitos para colegios como medida contra la pobreza menstrual y me he dado cuenta que nunca he hablado de algo tan presente en la vida de muchas personas alrededor del globo: el ciclo menstrual.

Hay mil y un tabús al respecto todavía, países donde está prohibido bañarse o donde las personas que menstrúan tienen que estar escondidas en un lugar específico. Pero no hay que irse lejos para encontrar invisibilización y los tabús, a mí también me dijeron no hace tanto que se me podía cortar el ajoceite si lo hacía en mis días rojos y aún me falta por ver un anuncio de compresas donde el flujo sea cercano a ese fucsia realista. 

Vivimos rodeados de series y audiovisuales donde la sangre brota por doquier siendo consecuencia de la guerra o de la violencia pero nos escandalizamos por una limpieza que se hace más o menos una vez al mes durante una larga etapa de la vida. Normalicemos el pedir compresas, el no hablar en voz baja de cambios de humor o dolores. 

La menstruación no debe doler, menos de forma incapacitante, hay miles de personas que piensan lo contrario y sufren sin saber que tienen enfermedades más graves enmascaradas porque estamos acostumbrades a que tener la regla duele. 

Es más, aún hay muchísimas personas menstruantes que ignoran que no se trata de unos días en los que se sangra, sino que hay una serie de cambios asociados en las cuatro fases del ciclo

Hablemos de ciclo menstrual y sus cambios porque es lo más natural del mundo

Y si no saben por dónde empezar a investigar, les recomiendo a la pedagoga menstrual Erika Irusta y su blog de El camino rubí (https://www.elcaminorubi.com/); a las ginecólogas Lara Briden (https://www.larabriden.com/) y Miriam Al Adib Mendiri (https://miriamginecologia.com/) y en Instagram Maria Cajo @sontushormonas y Xuxa Sanz @soytumenstruacion. Y yo misma no descarto seguir trayendo temas asociados, que no son pocos.  


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Aunque hoy no sea #BlackOutTuesday creo que la actitud antirracista es para cultivar a diario así que voy a recuperar lo mucho que aprendí de Silvia Agüero @kamipnasqo en un taller que dio sobre Feminismo gitano no hace mucho en Barcelona. Además me da la impresión que miramos mucho a EUA y nos olvidamos del antigitanismo que campa a sus anchas en nuestro país. 

Otras personas y/o colectivos de los que he aprendido mucho (y sigo aprendiendo) de antirracismo son Afroféminas @Afrofeminas, Desirée Bela-Lobedde @desiree_bela, Quan Zhou @gazpachoagridulce, Pai pai magazine @pai_mag, o Jessamyn Stanley @theunderbellyyoga

Cuando empecé a leer sobre derechos de las mujeres y a descubrir qué era el feminismo no imaginaba todo lo el mundo que se abría a mi alrededor. Años después sigo descubriendo personas e iniciativas que me hacen replantearme mis esquemas mentales y remover mis cimientos

Hace un tiempo que leí a Silvia Agüero gracias a la revista Píkara, tal y como ella se denomina “gitana, mestiza y feminista”. Hasta el momento nunca había pensado la brutalidad que ha sufrido el Pueblo Gitano. 

En octubre de 2018 estuvo dando un taller sobre feminismo gitano y me acerqué a verla. Entre otras cosas descubrí que desde que llegaron a la península, ha habido más de 200 leyes antigitanas, fui consciente de que suelen vivir en guetos construidos ad hoc y han sufrido todo tipo de exterminios y discriminaciones.

Por ejemplo, el matrimonio gitano no está reconocido (para casarse legalmente tienen que hacerlo dos veces) ni tienen un día festivo propio tal y como sí tenemos los valencianos, extremeños o madrileños a pesar de que por volumen de población en España hay más gitanos que navarros o riojanos. Aún así, soy un Pueblo pacífico, nunca han empezado una guerra y siguen buscando las formas de conservar sus tradiciones. 

Así que si queréis seguir con vuestra deconstrucción podéis entrar en el blog https://pretendemosgitanizarelmundo.com/gitanizarse/ y aportar económicamente si os lo podéis permitir.