The Matrix Resurrections y yo

Buenas de nuevo, las navidades me trajeron COVID y aún estoy a medio gas casi un mes después así que cuídense lo máximo posible y sigan pidiendo sanidad pública y medidas políticas contra esta pandemia. 

 

Voy a intentar asomarme a La línea del cielo con cierta frecuencia de nuevo. Hoy con The Matrix resurrections


Cuando vi que hacían una secuela de Matrix mis sensaciones iban en dos sentidos contrapuestos. En uno la Belén adolescente que se compró todos los DVDs de la trilogía original y las bandas sonoras y empapeló su habitación con pósters saltaba de alegría. 

 

En otro la Belén adulta no quería ilusionarse porque el cine últimamente no me está llamando demasiado. 

 

Al final ganó la adolescencia y al cine que me fui. Y disfruté como una enana. Es una danza preciosa entre la nostalgia y lo nuevo

 

Me sentí muy identificada con Lana Wachowski, que me perdone porque a mí no me financia películas la Warner pero me vi como ella, enfrentándose a un reto como es revisitar algo que has hecho y me la imaginé dudosa y luego abrazando esa secuela con todas las de la ley en plan "queréis una secuela, pues aquí va" sin miedos, sin segundos pensamientos, vamos a por ello con todas las consecuencias. 

 

Como persona que mil veces se enfrenta a esta colaboración y muchísimas siente que lo suyo no es suficiente, que no interesa, verla abrazar lo antiguo me dio ánimos para volver yo por aquí, si ella puede y cree en sí misma, sabiendo la que le va a caer el redes sociales, yo también puedo volver a mi espacio de La mirada necesaria. 

 

El argumento, como muches le critican, no es tan claro ni tradicional como en la mayoría de películas, pero, aún así, el espectáculo y el ingenio hacen que me den ganas de decir a todo el mundo que vaya a verla. Asómense a Matrix y vuelvan a hacerse preguntas.  




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