Síndrome de la impostora

Con el verano, suben las temperaturas y parece que lo único que pide el cuerpo es bajar a esa piscina y esa playa desierta como si la tuviera disponible en algún sitio a parte de en mis sueños. 

Esto me ha hecho pensar en un fenómeno que veo mucho a mi alrededor, y aunque esta reflexión quizá le pega más a nuestra estupenda psicóloga de las tormentas (en La línea del cielo, colaboradora habitual), os la traigo igualmente.

Ante este panorama en el que baja la productividad para muches un demonio nos susurra al oído, nos dice que somos vagas, poco productivas, unas perezosas y que, en general, no valemos nada. 

¿Os suena la cantinela? Pues esta gente experta que sabe tanto ha nombrado esto como el síndrome de la impostora. Es una eterna sensación de no ser suficiente, de que por mucho que hagas nunca eres una persona exitosa o de valía. 

Por desgracia a mi alrededor veo muchísima gente así, muy especialmente mujeres, súper valiosas, maravillosas, sobresalientes que en cuanto algo no va como esperaban se culpan fuertemente.

Vivimos en una sociedad capitalista que relaciona la economía, el tener una casa, un coche y una familia tradicional como la medida del éxito y al mismo tiempo vivimos unas circunstancias que no nos permiten conseguir ni un trabajo remunerado estable. 

Básicamente hoy solo quería deciros esto, que seáis conscientes de que existe este síndrome porque aún es poco conocido para el impacto que tiene, y que os quitéis esta rentabilidad capitalista de la cabeza, porque el éxito un día puede ser simplemente darse una ducha o salir a dar un paseo. 

¡Valéis mucho! Disfrutar del verano y nos encontramos a la vuelta.

* La línea del cielo descansa hasta septiembre así que probablemente este blog también tenga menos entradas en verano. 


 Photo by Bùi Thanh Tâm on Unsplash

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