Videojuegos revolucionarios

25/10/2019

El jueves pasado Repeluco productions mostró con un videojuego una forma de interpretar la exhumación, al margen de su visión de negocio avispada, es un ejemplo más de que los videojuegos no son únicamente una cosa de la chavalada que hace poco más que entretener, son también cultura y pueden mover conciencias.
Aunque estemos acostumbrados a ver que los videojuegos son para divertirse y pasar un rato no es esta su única función. Los hay que te ponen en situaciones comprometidas como el Paper please de Lucas Pope que te ponía en una oficina de aduanas de una república bananera a ver a quien dejabas pasar. 
Otros como Homozapping de Arsgames que reflexionan sobre la sexualidad sentido amplio y como nos avergonzamos de ella sin motivo. 
Y el último que he descubierto que me ha llamado la atención es el Kind words de Popcannibal. Este último únicamente tiene una habitación donde puedes escribir. Por un lado puedes enviar una petición comentando algo de lo que te pasa y por otro, ver qué peticiones hay para contestar. Es todo totalmente anónimo y desde el juego te invitan a no dar ninguna pista de quién eres de ningún tipo. Si alguien te contesta puedes mandar una pegatina de agradecimiento. 
Ante algo tan sencillo lo que me ha flipado es la respuesta, en una sociedad muy despreocupada, donde priman los consejos de mr Wonderful y el “si quieres puedes” aquí he encontrado personas que dan consejos muy buenos y que se toman en serio lo que dices. Además, no soy la única, muchas compañeras también hablan maravillas.   A ver si, poco a poco, se va extendiendo la idea de que el videojuego es mucho más que matar marcianitos


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